Ya está abierto al público nuevas ruinas romanas en Valencia, ya puedes visitar las ruinas romana y los baños medievales del Almirante
La Generalitat habilita un itinerario cultural en la sede de Hacienda, el Palau de l’Almirall, del siglo XIV, que incluye restos de la Valencia romana y los baños medievales del Almirante

El Palacio de los Almirantes de Aragón o simplemente el Palacio del Almirante
Visita las ruinas romana y los baños medievales del Almirante en Valencia. Es un edificio de traza gótica (siglo XV) con importantes remodelaciones del siglo XVIII. Aun así y a pesar de todo, conserva su impronta gótica por los cuatro costados.
El interior guarda numerosos elementos originales, como el patio central con el pozo y la escalera de acceso a la primera planta, en la que destaca la logia o galería de ventanas ojivales de su primer piso. Se trata pues de un palacio del gótico civil valenciano del siglo XV, modificado en el siglo XVIII y rehabilitado en el siglo XX siguiendo sus trazas góticas originales.
Jaime I entregó el solar sobre el que se levanta la casa, al Almirante de Aragón, de donde toma su nombre
El Almirante de Aragón era una dignidad que ostentaba el mando de la flota de la Corona de Aragón. La dignidad de Almirante nació en el siglo XIII en la Corona de Castilla con el rey Fernando III el Santo y de aquí daría el salto a la Corona de Aragón con Jaime I el Conquistador con la conquista de Mallorca y el control de la costa mediterránea.
En 1364 el título de Almirante de Aragón se haría efectivo y hereditario en la persona de Hugo Folch de Cardona. Con posterioridad el título y el palacio pasaría a manos de los marqueses de Guadalest y a los marqueses de Ariza, en las familias Folch de Cardona y Palafox
Una construcción de principios del siglo XIV que sigue el modelo de los baños musulmanes
Por el estrecho callejón que se abre a la izquierda de la fachada se accede a los Baños del Almirante. Una construcción de principios del siglo XIV que sigue el modelo de los baños musulmanes con tres salas: fría, tibia y caliente, delimitadas por columnas y con un vestíbulo de acceso.
Aunque en muchas guías se les menciona como baños árabes, está ampliamente demostrado que son de época cristiana y no árabes. Los baños conocidos como del Almirante, aunque en principio fueron construidos por el mismo dueño del palacio. Bien pronto se hicieron independientes y solo guardan relación con nuestro palacio por llevar el mismo nombre.
El nombre de Baños del Almirante
Le viene dado por la cercanía al Palacio del Almirante, con el que forma conjunto, aunque se trate de dos edificaciones distintas e independientes. Fueron declarados Monumento Histórico Artístico en 1944.
Aunque siempre se han considerado como unos baños árabes, recientes investigaciones han demostrado que en realidad son unos baños públicos de época cristiana medieval, concretamente del siglo XIV. Ya que existe un documento de 1313, en el cual el rey de Aragón Jaime II autoriza al caballero Pere de Vilarrasa (miembro del Consejo Real) a construir unos baños públicos en terrenos de su propiedad.
La construcción sigue los mismos patrones que los baños públicos de vapor de época árabe
Un vestíbulo y tres salas (sala fría, sala templada y sala caliente) y otras dependencias menores para el servicio de los bañistas. A partir del siglo XVI los baños públicos de vapor dejan de ser frecuentados al ser sustituidos por los baños de agua por inmersión en bañeras.
Se componen de tres estancias rectangulares abovedadas y paralelas entre sí, contando con una cuarta quebrada; la luz penetra a través de veintiuna lucernas, en forma de estrellas de ocho puntas, iguales a las de los baños del Palacio de la Alhambra de Granada.
Las columnas son de mármol y sus arcos de herradura poco acusados. Las bóvedas son de argamasa de almendrilla con la particularidad de estar trasdosadas, lo cual permite formar nuevas regaderas para el desagüe de la lluvia, careciendo de tejería.
Durante el siglo XIX, se remodelaron los baños dándole a todo el conjunto un aspecto arabizante
Incluida la puerta de entrada, de aspecto árabe-nazarí y que en modo alguno se corresponde con la construcción original. Dadas las características y los materiales de la construcción, se suponen unos baños destinados a gente humilde.
La función de baños públicos ha sido ininterrumpida desde su construcción en el siglo XIV hasta mediados del siglo XX (1959) en que la Generalitat Valenciana adquirió el edificio y procedió a su restauración en 1963. Solo se ha procedido a construir de nueva planta, la sala dedicada a vestíbulo, que en sucesivas reformas había sido derruida. Visita las ruinas romana y los baños medievales del Almirante en Valencia
Los baños del Almirante se componen de las siguientes piezas:
Puerta de entrada formada por un arco de herradura de estilo neo-nazarí que accede directamente a un zaguán con muros de azulejería.
Vestíbulo
Esta gran sala de planta rectangular y con cubierta de vigas de madera es la primera a la que se accede una vez atravesada la puerta de entrada y el zaguán. Tenía las funciones de sala de espera y lugar donde la gente se vestía y desvestía para acceder a los baños.
Los baños eran para hombres y mujeres, dedicándose unos días para los hombres y otros para las mujeres. Los hombres solían acudir solos a los baños, mientras que las mujeres se hacían acompañar por algún familiar. Esta sala está reconstruida de nueva planta. Desde esta sala se accede a la Sala Fría.
Sala fría
En esta sala el usuario recogía el agua fría necesaria para la higiene. Disponía de dos pequeñas habitaciones, una que era utilizada como almacén de los productos necesarios para el baño (jabón, toallas, cubos, etc.) y otros dedicados a letrinas, la cual consistía en una caja de madera que vertía directamente a una acequia de agua.
Se trata de una sala rectangular en cuyos extremos encontramos una pequeña estancia en cada lado. Estando separadas por una pequeña columna que forma dos arcos de medio punto. En el techo, en la bóveda de cañón, encontramos las aberturas para la entrada de luz en forma de estrellas, hasta un total de diez estrellas. En esta sala hay restos del pavimento original del edificio.
Sala templada
En esta sala se enjabonaban, se limpiaban y se procedía al acicalamiento. En esta sala se mezclaba el agua fría y caliente. Nuevamente, la estructura de la sala es rectangular, y a ambos lados dos pequeñas estancias, esta vez separadas por dos columnas en cada lado que forman tres arcos de medio punto. También aquí encontramos las aberturas en el techo en modo de estrella antes mencionadas.
En esta sala podemos comprobar como las columnas de separación son de distintos materiales, por lo que se aprecia que son materiales reaprovechados de antiguas construcciones y de donde se deduce que el destino de estos baños era para gente humilde. El espacio central se cubre con cúpula octogonal apoyada en trompas, mientras que los laterales lo hacen con bóvedas de cañón con lucernas estrelladas.
En esta estancia la temperatura era muy alta y en el ambiente se respiraba el vapor, el cual se conseguía tirando agua fría sobre el suelo. Ya que por debajo de este existía una galería por la que se hacía circular aire caliente. En la sala encontramos una pila para recoger el agua caliente. Se cubre con bóveda de cañón y seis aberturas estrelladas.
La Sala de la Caldera
Como su nombre indica, era el lugar donde se calentaba el agua y por medio de tuberías se canaliza a la sala de agua caliente. Otra cañería llevaba directamente el agua fría a la sala correspondiente. Un horno de leña aseguraba el caudal de agua caliente necesario.
Las cubiertas Los techos de las distintas salas estaban cubiertas por bóvedas de cañón. En su techo podemos encontrar entradas de luz en forma de estrellas. Normalmente estas aberturas estaban cubiertas por piezas de vidrio que solían estar policromadas con colores.
Estas piezas de vidrio estaban colocadas de tal manera que permitían la entrada de luz y aire, pero impedía la salida del calor y del vapor.
Evolución histórica del edificio «Baños del Almirante».
Visita las ruinas romana y los baños medievales del Almirante en Valencia. En 1313, un Rey, Jaume II, concede a Pere Vila-Rasa, permiso para construir un baño y horno en la poluli (sala de casar) que posee en la parroquia de Santo Tomás.
Parece probable que este personaje sea asimismo el constructor de la primera edificación del Palacio que ahora llamamos de l’ Almirall, ya que no hay que olvidar que en los artesonados del palacio apareció el cuadro de armas de los Vila-Rasa.
Desde mediados del siglo XIV, hasta finales del siglo XV
El edificio sufre un proceso de deterioro que se percibe por una serie de reformas que se acometen en su interior, obras fundamentalmente de refuerzo de su estructura al sistema de hamman o baño árabe, de vapor que seguirá siendo utilizado.
Durante los siglos XVII y XVIII
El baño pierde su condición de hamman, siendo colmatado, el hipocausto o cámara subterránea por donde circulaba el aire, por escombros y por consiguiente inutilizado. Durante estos dos siglos XVII y XVIII se abandona la práctica del baño de vapor, sustituyéndolo probablemente por el uso de tinas de inmersión individuales. No obstante, este tipo de establecimientos inicia su lento declive hasta su extinción a finales del siglo XVIII.
El inicio del siglo XIX
Marca el comienzo de la industrialización y el capitalismo y, con ello, unas nuevas condiciones y realidades sociales que tendrán su influencia en el campo de las concepciones higiénicas. Se potencia la componente social del ejercicio del baño, ejercida en las casas de baños públicos, a la vez que la burguesía industrial exige un concepto de la práctica del baño en el que la privacidad está garantizada.
En este contexto los baños del Almirante se adaptan a las nuevas condiciones sociales, instalando bañeras individuales y tabicando las tres salas húmedas para construir cabinas de baño individuales. El grabado de Laborde de 1806 es bien ilustrativo en este sentido de las afirmaciones anteriores.
En torno a 1870 el lugar ha sido considerablemente mejorado
A consecuencia del auge y la importancia social, que para esas fechas habían adquirido este tipo de establecimientos. Para dotar al edificio de un cierto gusto arabizante se construye el arco polilobulado de la fachada y se cubre de azulejos de estilo neonazari en los zócalos del zaguán de entrada.
Durante el siglo XX el baño
Se sigue conservando el aspecto orientalizante que se dio en la reforma de 1874 con mínimas modificaciones: mejoras en los dispositivos calefactores e hidráulicos, ampliando sus instalaciones a costa de la cabina de la sala caliente.
El proceso restaurador de 1953-1963
El cierre de los baños en 1959 destruirán y ocultaron la práctica totalidad de los elementos introducidos en la etapa moderna.
Al cierre del local en 1959, fueron alquilados para albergar un gimnasio, utilizándose las salas fría y templada como vestuarios y la caliente como sauna.
Por fin en 1986, la Generalitat compra el edificio de los baños y el inmueble superior, derrumbando este último en 1988.
Entre 1991 y 1993 se lleva a cabo una campaña de intervención arqueológica, redactando en 1994. El Servicio de Gestión Inmobiliaria de la Conselleria de Economía y Hacienda, el proyecto básico de restauración del edificio, que precede al actual proyecto de ejecución.
Visita las ruinas romana y los baños medievales del Almirante en Valencia