En esta ocasión cruzamos la provincia, para ir a la mejor ruta por el Parque Natural de la Sierra de Mariola en Bocairent aunque queda muy cerca de Alicante, una horita, para hacer esta ruta pasamos a la provincia de Valencia, concretamente a Bocairent, en el Parque Natural de la Sierra de Mariola.
Por: Elisa Díaz
Fotógrafo: Israel Bañón
Dejamos los coches en un área recreativa con varias mesas, sombritas, y grandes rocas que los niños se disponen enseguida a escalar. Aquí será donde acabaremos la ruta y comeremos, área recreativa Font de Mariola.
Hay quien deja el coche más cerca del inicio de la ruta, pero tampoco mucho más. Empezamos a caminar por una pista forestal amplia, que va subiendo, siempre subiendo.
Cruzamos campos cultivados y nos vamos adentrando en el monte por una senda. La ruta está señalizada, pero no muy bien, hay que ir fijándose mucho, porque es fácil perder la senda. De hecho, en un pequeño tramo, llega a perderse la senda por vegetación caída, pero se ve fácil que siga por al lado y acaba llegando al mismo sitio.
Vemos algunos árboles caídos, la vegetación es muy abundante y diversa, las plantas aromáticas acompañan por todo el camino.
Posiblemente sea la mejor ruta por el Parque Natural de la Sierra de Mariola en Bocairent, donde ese olor a monte que nos hace disfrutar aún más si cabe con los paisajes que vemos al mirar hacia atrás. Con la vegetación cuidado con los niños, es tan abundante que les puede entrar en los ojos a los niños. Hay que ir apartándose en varios tramos para que no les moleste demasiado.
Y seguimos subiendo, los niños se cansan, pero para ellos es más divertido tener que ir “escalando” que en llano. Les motiva, y ver los paisajes y los bichos de colores que vamos encontrando en el camino también. Alucinan con un bichejo brillante negro y largo con manchas rojas. Ellos saben que están en la mejor ruta contando los que van viendo y comparándolos para comprobar quién a encontrado al más grande. Creerme si os digo que no les hicimos foto, y no he conseguido averiguar cómo se llama, pero era una especie de escarabajo largo y bonito.
Bueno seguimos la mejor ruta , los niños empiezan a quejarse, quieren descanso para coger fuerzas
Justo en ese momento aparece el monumento. A los niños de repente se les pasa el cansancio, el hambre, y todo, suben corriendo para entrar, alucinan con la Cava de Don Miguel. Son los restos de un gran pozo de nieve, ¡espectacular!. Entramos a verlo, lo rodeamos para subir a la parte de arriba, nos asomamos, y se sorprenden de la altura, seguimos el rodeo y volvemos a bajar. Ahora sí, aprovechamos el maravilloso lugar con vistas espectaculares para sentarnos unos minutos a descansar y coger fuerzas, un aperitivo, siempre con la bolsa de basura para no dejar nada de nada por el camino.
No hay que olvidar el agua, siempre hay que llevar mínimo un botellín de agua para cada una de las personas que vayan.
Nosotros somos cuatro y llevamos mínimo seis, y siempre caen. Y esto a parte del agua para la comida. Tampoco la gorra, y crema de sol. Eso sí, cuidado con las ráfagas de viento, que de repente se pueden llevar la gorra volando.
Hay quien, desde la Cava de Don Miguel, vuelve por el mismo camino, y la ruta se queda en unos 6 km, pero vale mucho la pena continuar y hacer la ruta circular, que también, dependiendo de por dónde se haga la bajada, pueden ser 10 u 11 km.
Así que nosotros seguimos, nuestro objetivo es la Cueva de Bolumini, sabiendo que por el camino aún iban a haber sorpresas.
Rodeamos de nuevo la Cava de Don Miguel y seguimos subiendo.
Hay zonas en la que sí que hay que trepar un pelín, pero dificultad mínima, la hicieron los niños, el más pequeño de 4 años y medio, y les encantó. Pero no hay que confiarse, ni dejar a los niños solos, y hay que fijarse siempre para no perder la senda. Esta parte es preciosa, conseguimos estar más arriba, grandes rocas y paisajes de montaña de ensueño.
Y por fin conseguimos subir a lo más alto
Les enseñamos a los niños cómo sabemos que estamos en el punto más alto. Está indicado por una figura que vemos a lo lejos, a la que se quieren subir sin dudarlo, para estar todavía más altos. Hemos llegado al punto geodésico de Portín. Aquí toca disfrutar de todo el paisaje. Divisamos Alfafara y una ruta que hicimos hace un tiempo, y que dejaré para contaros en otro momento.
El Portín es un punto más de referencia para saber que vamos bien encaminados.
Es entonces cuando empezamos una muy ligera bajada, y por el camino nos encontramos más neveros, de tamaño más pequeño.
Hay un grupo de senderistas que nos empiezan a gritar desde lejos, nos preguntan si van bien, quieren llegar a la Cava de Don Miguel, y habían perdido la senda. Estaban haciendo la ruta al contrario que nosotros, les intentamos indicar el camino, esperando que llegaran bien. «Insisto en ir fijándose mucho para no perder la senda, que aunque está señalizada, hay tramos en los que es difícil seguirla.»
Para motivar a los niños, que se cansan con facilidad, les decimos que vamos a llegar a un poblado íbero, porque tras la ligera bajada, toca subir de nuevo. Eso les entusiasma, aunque la verdad, en el camino siguen encontrando rocas alucinantes que subir y fotografiar.
La mejor ruta por el Parque Natural vemos la señalizaciones, hemos llegado al Poblado íbero del Cabeçó de Mariola
Resulta curioso, y empiezan a inventarse historias, su imaginación no tiene fin. Pero lo mejor del Poblado es saber que tenemos la Cueva de Bolumini a la vuelta de la esquina. Y así, bordeando la montaña, descendemos con mucho cuidado, porque la senda es pedregosa y puede resbalar, hasta toparnos con una concavidad impresionante.
¡Hemos llegado a la mejor ruta! Aquí los niños vuelven a sorprenderse y a subir rápidamente.
Quieren entrar en la cueva, así que subimos para entrar. Alguno se asusta ante la oscuridad, pero les ha encantado. Este es el fin de nuestros objetivos, pero no del trayecto. Queda volver. Así que salimos de la cueva y empezamos en descenso, por esa zona seguimos con precaución, hasta llegar a una parte más llana en el que se indican varios caminos.
Nosotros cogemos el que llega al camping, deja de ser senda estrecha para convertirse en pista forestal, eso está bien, porque es una bajada amplia y fácil para los niños que ya tienen hambre. Llegamos hasta el camping y lo pasamos, siguiendo una sendita hacia la izquierda que nos va a llevar al área recreativa Font de Mariola, donde empezamos y en la que nos quedamos a disfrutar de unos bocatas y papas. Descansamos un poco y de vuelta a casa. En el coche era de esperar, tardaron “cero coma” en dormirse, una dulce siesta en coche hasta llegar a casa.
Hemos pasado un día sensacional, muy recomendable, con varias posibles rutas que hacer, de una vez, de varias, más ampliables, o más reducidas, pero en cualquier caso, maravillosas.
¿Y si vamos de ruta por el Parque Natural de la Sierra de Mariola en Bocairent?
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